Te presentamos el testimonio de otra rehén-en-su-propia-casa del ruido producido por antros. Nuestras casas son el espacio más sagrado y que con más determinación debería ser protegido, pero eso no ocurre así en nuestro país. Esta indolencia de las autoridades es una muestra de la grave fractura del Estado de Derecho, que no es capaz de defender a las víctimas en un problema de civilidad tan sencillo de resolver. Las autoridades se desentienden de graves violaciones de derechos humanos como este, y anteponen el interés de los empresarios abusivos al de los vecinos afectados. El resultado es impunidad y por lo tanto anarquía. Luchemos por una cultura de la legalidad.
Exhortamos a los propietarios de los bares denunciados a tener consideración con sus vecinos y a tomar medidas preventivas para contener el ruido que producen. Es posible la convivencia si apostamos todos por la cultura del respeto: El Saloon Banda Bar Tlaquepaque Kinto Bar Western Wings Friends Bar